Escándalo en Tucumán: destituyen a jefes policiales por usar presos como albañiles
Una serie de denuncias anónimas desató un verdadero escándalo institucional en Tucumán, al descubrirse que detenidos eran sacados de una comisaría para trabajar como albañiles en la casa de veraneo de un alto jefe policial.
La investigación confirmó que los presos, algunos condenados por delitos sexuales, realizaban tareas de construcción en una vivienda perteneciente a Gustavo Beltrán, jefe de la Unidad Regional Norte, una de las más importantes de la provincia.
Tras conocerse los hechos, el gobernador Osvaldo Jaldo y el ministro de Seguridad Eugenio Agüero Gamboa dispusieron la baja inmediata de Beltrán y su segundo, el comisario Sergio Juárez, sin posibilidad de jubilación ni disponibilidad, por “conductas incompatibles con la función policial que afectan gravemente la confianza de la sociedad”.
La fiscal Mariana Rivadeneira ordenó la detención de ambos oficiales y de otros dos implicados. Los presos eran trasladados en un patrullero y, según la causa, también los efectivos realizaban trabajos en la obra mientras estaban de servicio.
El jefe de Policía, Joaquín Girvau, fue tajante: “En estos casos no aplica la obediencia debida. Nadie puede callarse si ve semejantes irregularidades. Los que cometan delitos se irán de la Policía”.
El decreto 3.407 del Ministerio de Seguridad calificó la medida como “una respuesta ejemplar ante la gravedad de los hechos”, en un intento de recuperar la credibilidad en la fuerza tras uno de los mayores escándalos recientes dentro de la Policía tucumana.
