
Insólito y absurdo paro patronal de Los Antiguos y la crisis de gestión
En un hecho sin precedentes en la historia institucional de Santa Cruz, la Municipalidad de Los Antiguos decidió cerrar sus puertas por decisión de su propia intendenta, Zulma Neira. La medida, insólita por donde se la mire, fue presentada como una forma de apoyar a los trabajadores municipales en su reclamo por mejores salarios, en un contexto de crisis económica local, caída de la coparticipación y una planta de personal sobredimensionada.
Lo que se configura aquí no es un paro gremial ni una huelga de trabajadores; se trata de un paro autoimpuesto por la propia administración. Un paro patronal, en términos concretos. Una decisión que, más allá del gesto político o del intento de visibilizar una situación compleja, expone con crudeza una preocupante falta de respuestas institucionales y una desconcertante inversión de roles.
Una gestión que se ve obligada a cesar sus funciones para exigir recursos a un nivel superior de gobierno deja entrever una doble falla: por un lado, una dependencia estructural insostenible de fondos externos; por el otro, una incapacidad para administrar con eficiencia y responsabilidad los recursos propios.
Gobernar no es solo administrar fondos: es también prever, planificar, asumir responsabilidades y buscar soluciones incluso cuando los recursos escasean. Esta medida, lejos de transmitir firmeza o liderazgo, parece más bien un gesto de renuncia simbólica: un acto que apunta más a deslindar culpas que a resolver los problemas. La crisis en Los Antiguos no es solo económica. Es también una crisis de gestión, de institucionalidad y de sentido común.