
“Pudieron prever el desenlace fatal”: la Justicia confirmó la condena a los padres de Abigail
Violencia, omisión y muerte. El Tribunal de Casación de Santa Cruz ratificó la condena por homicidio agravado contra los padres de Abigail, la niña asesinada en Río Gallegos, al considerar que ambos actuaron con dolo eventual y mantuvieron “una conducta progresiva de violencia” que derivó en su muerte. El fallo rechazó los planteos de nulidad, inconstitucionalidad y recurso de casación presentados por las defensas, al entender que la pena impuesta es “proporcional, racional y ajustada a derecho”.
El tribunal, integrado por Carlos Arenillas, Jorge Yance, Eduardo López, Nelson Sánchez y el vocal Fernando Basanta, sostuvo que los progenitores “pudieron prever tanto las lesiones como el desenlace fatal” y que ejercieron, ocultaron y/o toleraron actos violentos contra su hija durante un período prolongado.
En su resolución, los jueces remarcaron: “Su conducta progresiva de violencia llevó a la muerte de su hija, y pudieron prever tanto las lesiones como el desenlace fatal”. Según las pruebas, la menor presentaba múltiples lesiones en distintas partes del cuerpo, compatibles con un patrón sostenido de maltrato.
La defensa de O.K.D argumentó que la mujer era víctima de violencia de género por parte de T.C.A desde el embarazo y que su rol fue pasivo. Sin embargo, el tribunal indicó que, si bien se consideró ese contexto, “no basta por sí solo para eximir o atenuar la responsabilidad penal”. En este sentido, el fallo sostuvo: “Ambos progenitores ejercían el cuidado personal compartido y vivían con la menor”.
La sentencia también citó doctrina para advertir que “no todas las mujeres imputadas están en contexto de vulnerabilidad”, descartando así la revictimización institucional alegada por la defensa.
Por último, los magistrados subrayaron que el proceso judicial debió adaptarse a la “realidad diferencial de la víctima” y que la sanción impuesta responde a la gravedad del hecho, priorizando el interés superior de la niña y evitando arbitrariedades.
FUENTE: El Diario Nuevo Día