Pónte en contacto >
Image

Image

Image

Image

Se reencontraron después de 41 años. (Foto: Martín Levicoy / Jornada)

Soldado y enfermera de la Guerra de Malvinas se reencuentran después de 41 años

Por
junio 2, 2023

En un emotivo encuentro, Eduardo Aguirre, excombatiente de Malvinas, y Gladys Godoy, enfermera que lo atendió durante la guerra, se encontraron nuevamente en el Aeropuerto de Comodoro Rivadavia. Aguirre, oriundo de Córdoba, le regaló su chaleco a Godoy como muestra de agradecimiento por su dedicada atención en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia. Durante cuatro décadas, Gladys, vecina del barrio 17 de Octubre de Caleta Olivia, guardó el chaleco como un recuerdo imborrable de aquel encuentro, hasta que recientemente un nieto de su hermana lo llevó a la escuela, lo que provocó y motivo a toda la familia a iniciar una búsqueda a nivel nacional para dar con Eduardo y poder lograr el reencuentro entre los dos protagonistas.

La historia de Aguirre y Godoy es una entre tantas que han conmovido a los participantes de la Guerra de Malvinas durante los últimos 41 años. Eduardo Aguirre, soldado proveniente de Villa Huidobro, y Gladys Godoy, residente de Caleta Olivia, se volvieron a encontrar después de tanto tiempo. La historia se remonta a la guerra, cuando Godoy, de tan solo 22 años en ese entonces, curó las heridas de Aguirre. Como gesto de gratitud, el soldado le obsequió su chaleco, en cuyo interior dedicó unas palabras a su cuidadora.

Después de décadas guardando el chaleco como un tesoro, Alcira, hermana de Gladys, decidió mostrarlo en el jardín de infantes donde trabajaba. Esto llevó a que se iniciara una búsqueda para encontrar a Aguirre a través de las redes sociales. Finalmente, se logró contactar con él y se programó el reencuentro en Comodoro Rivadavia. Al llegar al aeropuerto, Aguirre se abrazó emocionado a la enfermera que lo cuidó y cambió su vida durante su tiempo de convalecencia.

Eduardo Aguirre recuerda que Gladys inicialmente no quería aceptar el chaleco, pues pensaba que él lo necesitaría más. Sin embargo, decidió dárselo porque ella fue quien se destacó en su atención personal y contribuyó a su recuperación. Además del chaleco, Aguirre regaló dos rosarios a otras dos enfermeras que también lo cuidaron durante su estancia en el hospital. La historia de Aguirre y Godoy es una muestra conmovedora de los lazos humanos que se formaron en tiempos de guerra y cómo esos recuerdos perduran a lo largo de los años.

TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR