
Tecnología patagónica que salva ovejas del frío extremo: el INTA presenta un bebedero inteligente contra las heladas
En medio de uno de los inviernos más crudos en la Patagonia, un invento desarrollado por técnicos del INTA en Santa Cruz podría cambiar para siempre el modo en que la ganadería ovina enfrenta las bajas temperaturas: se trata del Bebedero Térmico Ovino, conocido como BeTO, un dispositivo que evita el congelamiento del agua, incluso cuando el termómetro baja hasta los –22 °C.
El sistema fue creado por especialistas del INTA Los Antiguos junto al Laboratorio de Internet de las Cosas del INTA Balcarce. Combina sensores inteligentes, aislación térmica y energía solar para garantizar que las ovejas puedan acceder a agua líquida durante todo el año, sin importar las condiciones climáticas.
Agua disponible en condiciones extremas:
Una de las características principales de BeTO es que solo se activa cuando detecta la presencia de una oveja. Esto no solo ahorra energía, sino que impide el acceso de otros animales silvestres como los guanacos, que compiten por el recurso hídrico.
Además, el bebedero está aislado por debajo de la línea de congelamiento y recircula el agua de forma automática. Su tanque tiene una capacidad de hasta 1.000 litros y puede escalarse para distintos tamaños de majadas.
Energía solar y sustentabilidad:
La innovación funciona íntegramente con energía solar, permitiendo su instalación en campos sin conexión a la red eléctrica. El diseño también contempla mecanismos de tratamiento del agua, vaciado automático y reducción de evaporación en verano, por lo que también es útil en regiones cálidas.
“Además de garantizar el agua para los animales, protege a los trabajadores rurales que ya no tienen que romper hielo en condiciones extremas”, explicó Santiago Arhancet, jefe de la Agencia de Extensión Rural de INTA Los Antiguos.
Un desarrollo colectivo:
El prototipo fue probado con éxito en el campo San Carlos, a 80 km al sur de Los Antiguos, gracias a la colaboración de la familia Garitaonandia y al acompañamiento del Instituto de Promoción de la Ganadería de Santa Cruz y la Asociación Agrícola Ganadera del Noroeste.
Los resultados fueron positivos: en menos de dos minutos las ovejas reconocían y utilizaban el sistema, mientras que los sensores desestimaban la presencia de otros animales.
Camino a la producción:
El INTA ya inició el proceso de patentamiento ante el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) y trabaja en la firma de un convenio con una empresa de la región para su fabricación a escala comercial.
“BeTO es una respuesta concreta, inteligente y sustentable a un problema histórico de la Patagonia. Es tecnología pensada desde y para el territorio”, concluyó Marcos Clemente, del equipo de innovación tecnológica del INTA Balcarce.
BeTO no solo es un avance técnico, sino una muestra de cómo la ciencia pública puede generar soluciones con impacto directo en la economía regional, el bienestar animal y el ambiente.